En la era de la tecnología, aumentan las preocupaciones sobre su influencia en el desarrollo de los niños. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda limitar el tiempo frente a la pantalla para bebés menores de 18 a 24 meses. Sin embargo, un estudio innovador realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de Drexel va un paso más allá y sugiere que el impacto del tiempo frente a una pantalla en los bebés puede ser más significativo de lo que pensábamos.
El estudio
El estudio, en el que participaron 1.471 niños, descubrió una conexión entre la exposición al tiempo frente a una pantalla y el desarrollo de conductas sensoriales atípicas. Los investigadores clasificaron los comportamientos como niveles sensoriales "altos", "típicos" o "bajos". Las conductas sensoriales altas indican que los niños se sienten fácilmente estimulados y abrumados por la información sensorial, lo que podría conducir a una evitación sensorial en el futuro; las conductas sensoriales bajas indican dificultad para procesar o interpretar la información sensorial.
Resultados clave
A los 12 meses, la exposición a la pantalla se correlacionaba con una asombrosa probabilidad 105% mayor de exhibir conductas sensoriales "elevadas".
A los 18 meses, cada hora adicional de tiempo diario frente a una pantalla se relacionó con un aumento del 23 % en la visualización de comportamientos sensoriales "elevados".
A los 24 meses, cada hora extra de tiempo diario frente a una pantalla se correlacionaba con un aumento del 20 % en la visualización de comportamientos sensoriales "elevados".
Más allá de los números
Este estudio se hace eco de preocupaciones más amplias sobre el impacto del tiempo frente a una pantalla en los resultados del desarrollo de bebés y niños pequeños. La lista incluye retrasos en el lenguaje y en la resolución de problemas, problemas de comportamiento, dificultades para dormir y disminución de la atención. La autora principal, Karen Heffler, MD, señala las posibles implicaciones para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el autismo, donde prevalece el procesamiento sensorial atípico.
Un vínculo con los problemas de conducta
Heffler sugiere que debido a la asociación entre el tiempo frente a la pantalla y los problemas de conducta, reducir el tiempo frente a la pantalla, además de las medidas terapéuticas existentes, podría ser beneficioso para los niños que muestran signos de problemas sensoriales. Además, especula que esto podría ser un factor que contribuya al aumento de los diagnósticos de autismo y TDAH.
La evolución del tiempo frente a la pantalla
A medida que la tecnología ha avanzado, también lo ha hecho el tiempo frente a la pantalla. Un estudio de 2023 revela que, en promedio, los niños de 6 meses estaban expuestos a 1 hora y 16 minutos de pantalla por día (Brushe et al., 2023). A los 24 meses, esto aumentó a un promedio de 2 horas y 28 minutos diarios. El estudio subraya la necesidad de prestar atención a los patrones de tiempo frente a la pantalla, ya que algunos niños excedieron las 3 horas de tiempo frente a la pantalla a los 6 meses.
El camino a seguir
Si bien el estudio de Drexel se centró en la televisión y los DVD, arroja luz sobre la conexión más amplia entre el tiempo frente a la pantalla y los comportamientos sensoriales atípicos. Los autores enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones para comprender comportamientos específicos relacionados con los sentidos y si los límites de exposición a las pantallas en la primera infancia pueden mejorar el desarrollo sensorial.
En el complejo panorama de la tecnología y el desarrollo infantil, este estudio actúa como una brújula, guiando a padres, cuidadores e investigadores hacia una comprensión más profunda de la intrincada relación entre el tiempo frente a la pantalla y el desarrollo sensorial en nuestra generación más joven.